Según la RAE (Real Academia española) una Catarsis es: «Purificación, liberación o transformación interior suscitadas por una experiencia vital profunda».
A pesar de estar de acuerdo con esta definición, lo que en realidad pasa en nuestro cuerpo físico es una sensación similar a la de llevar una herida expuesta, el estómago se cierra con un nudo, el pecho arde al sentir a nuestro corazón desorientado y de nuestros ojos brotan ríos de agua salada que se esfuerza en limpiar el lodo del camino. Por otro lado, el lado de las emociones, todas se magnifican y gritan pidiendo ser escuchadas el mismo tiempo, los pensamientos corren de un lado a otro a buscar en el archivo de los recuerdos algo de nuestro pasado que nos anime, pero son tan poco eficientes que solo nos muestran una y otra vez lo caótico que será el futuro.
Yo defino a las catarsis como una micro muerte del ser que creíamos ser y que es causada por una situación externa que nos ha envuelto de tal manera que nos ha provocado un olvido extremo del amor y de la luz que siempre hemos sido. Y por lo tanto, nuestra experiencia humana la vive con un proceso de profundo dolor, agobio y desorientación profunda.
Estoy segura que coincides conmigo y que en algún momento de tu vida has experimentado catarsis que te han dejado en cama unos cuantos días.
Antes que nada déjame decirte que no es coincidencia que estés leyendo esto, sin duda, hay algo que te trajo hasta aquí ya que, o estás pasando por algo similar, o por que estabas buscando claridad en ciertas áreas de tu vida, que este audio te va a ofrecer, así que confía, estás en el lugar adecuado.
A lo largo de los últimos años de procurar vivir consciente el mayor tiempo posible, mis catarsis personales han sido mucho más intensas al contrario de lo que creía en su momento, pensaba que al ampliar mi perspectiva y observar cada paso que doy desde un aspecto más elevado, más consciente y más abierto, estas tormentas iban a disminuir su intensidad y sin duda, sabría con claridad como salir de ellas en un abrir y cerrar de ojos, pero ¡nada más alejado de la realidad! En estos últimos años he experimentado las más profundas y dolorosas catarsis, En algunas se me han roto dientes, en otras volví a comer compulsivamente y en ambas he gritado con la boca en la almohada más de 10 veces. Pero mírame, aquí estoy de vuelta con millones de curitas en el cuerpo emocional, con unos kilitos de más pero feliz, fuerte y consciente de que si he pasado por esto, es porque mi misión es inspirarte a seguir caminando a pesar de la tormenta, mi misión es inspirarte a escucharte, a amarte y a honrar tu historia, no importa que. Mi misión es crear espacios de reconexión en mis talleres y de contención en mi Santuario de meditación o en los potentes círculos de mujeres. Mi misión es contenerte en tu proceso y recordarte una y otra vez que no estás sola, que aquí estoy, que siempre lo ha estado y que siempre lo estaré.
Te amo muchísimo y honro tu historia a pesar de no conocerte, simplemente porque sé que estás ahí, viviendo y hoy por hoy, vivir es de valientes.
Sobrevivir a una catarsis es un proceso de consciencia, que elegirás o no sumergirte en él y con muchísimo cariño te comparto 5 aspectos que, sin duda, me han apoyado enormemente en épocas de tormenta.
1. Desconecta para conectar. Conectar contigo mismo es atreverte a sentir lo que sientes y a dejar que fluya desde ese ser consciente que eres. Es decir, si quieres llorar hazlo, crea un espacio y llora, avisa a todos tu deseo y permítete estar con tus emociones. de otra manera seguirán estancadas y ya sabemos que todo aquello que se estanca a nivel energético, provoca una contracción a nivel físico como una enfermedad.
Así que desconecta y permítete sentir.
2. Escribe, escribir es una herramienta liberadora, no hace falta que tengas experiencia con las letras. Para describir lo que sientes solo falta que definas tus emociones sin juicios, puedes hacer una lista o puedes hacer una redacción, pero escribe. Aunque te resistas, hazlo. escribe.
3. Observa, más bien obsérvate y para esto hazte las siguientes preguntas si estuvieras viendo tu propia película, ¿Cómo definirías tu experiencia de tormenta? ¿Cómo te ves como actor principal en una experiencia de catarsis? ¿Qué emociones te hace sentir tu propia historia? Te recomiendo que conectes unos segundos con la energía de la compasión antes de responder y ten en cuenta que tu historia se merece absoluto respeto y amor incondicional
4. Medita. Puedes hacer meditación guiada como las que te ofrezco o solo conectar con tu respiración. Conectar con nuestra respiración es la única herramienta que nos trae al presente, no se puede respirar en el pasado como tampoco se puede respirar en el futuro. Así que tan solo el hecho de conectar con tu respiración es reconocer que en el presente estás a salvo.
5. Repite frases de poder. Estas son las que te comparto y las que yo utilizo, aunque puedes crear las tuyas:
– Todo está en orden, estoy a salvo.
– Soy un ser profundamente amado y bendecido
– Puertas abiertas, claridad en mi camino.
– Estoy abierta a vivir desde mi consciencia más elevada
Quiero decirte que con esto la tormenta no desaparece, pero sin duda, abrirás la puerta a una nueva forma de experimentar las catarsis y estarás enriqueciendo tu experiencia de vida. Y en el momento que veas al arcoíris aparecer estoy segura de que, sonreirás mientras te pones una curita sabiendo que, una vez más, has sido sobreviviente, pero esta vez has sido consciente de que todo proceso de expansión lleva una tormenta a cuestas que, su única finalidad, no es dejarte en el olvido de las manos de Dios como lo creías, sino que es recordarte lo valiente que eres y lo poderosa que es la vida cuando eres consciente de tu capacidad de sanarte sin necesidad de nada externo, cuando reconoces que tú eres un universo lleno de amor sanador y potenciador de la luz que siempre has sido.
Deseo de todo corazón que este texto te haya servido.
Te mando un abrazo enorme y te recuerdo que aquí estoy y que no soltaré tu mano hasta verte volar ¡Qué nada te detenga Valiente!
Puedes escuchar este texto aquí.
Ana Cristina